
PayaZos
Los payaZos nacemos de la tierra.
Nuestro corazón no tiene un nodo aurículo-ventricular, sino una roja nariz que lo hace latir. Ahí se encuentran todos los sentimientos, en forma d energía. La nariz transforma esa energía, la convierte en luz, en amor, en calor o en lo que sea necesario.
La energía se irradia a todo el cuerpo, y aún más allá, donde toma contacto con las energías de otros payaZos. Se mezclan, se intercambian, y llegan hasta la nariz del otro.
Los payaZos somos seres sentimentales y simples, pero enredados como una galleta de arroz. Buscamos el equilibrio, ya sea sobre un par de zancos, una pelota, otro payaZo, el agua… Nos causan risa las cosas del absurdo, como buenos amantes del surrealismo, de lo superficialmente profundo, de lo cotidiano, del mate.
No nos gustan los ángulos rectos ni el olor a cigarrillo.
Cuando un payaZo muere, su nariz se divide en mil y se reparte entre sus otros payaZos, y su cuerpo se convierte en un arbolito. Así la energía fluye entre los payaZos, y nos hace vivir por siempre.
Nos gustaría cambiar el mundo, relajarlo, a lo mejor con un masaje.
En un abrazo unir a todos, y que la única bandera sea la de la paz.
Agustín Fuchs
Nuestro corazón no tiene un nodo aurículo-ventricular, sino una roja nariz que lo hace latir. Ahí se encuentran todos los sentimientos, en forma d energía. La nariz transforma esa energía, la convierte en luz, en amor, en calor o en lo que sea necesario.
La energía se irradia a todo el cuerpo, y aún más allá, donde toma contacto con las energías de otros payaZos. Se mezclan, se intercambian, y llegan hasta la nariz del otro.
Los payaZos somos seres sentimentales y simples, pero enredados como una galleta de arroz. Buscamos el equilibrio, ya sea sobre un par de zancos, una pelota, otro payaZo, el agua… Nos causan risa las cosas del absurdo, como buenos amantes del surrealismo, de lo superficialmente profundo, de lo cotidiano, del mate.
No nos gustan los ángulos rectos ni el olor a cigarrillo.
Cuando un payaZo muere, su nariz se divide en mil y se reparte entre sus otros payaZos, y su cuerpo se convierte en un arbolito. Así la energía fluye entre los payaZos, y nos hace vivir por siempre.
Nos gustaría cambiar el mundo, relajarlo, a lo mejor con un masaje.
En un abrazo unir a todos, y que la única bandera sea la de la paz.
Agustín Fuchs